La semana pasada vivimos junto al colegio una mañana profundamente emotiva y llena de espiritualidad, compartiendo juntos el Rosario Vocacional.
Este rosario no es uno cualquiera. Es una oración especial, en la que cada misterio se ofrece por una vocación distinta: por los sacerdotes, por las religiosas y religiosos, por los matrimonios cristianos, por los misioneros y por todos aquellos jóvenes que sienten en su corazón la llamada de Dios y buscan su camino. Una oración que toca el alma, porque pide por el futuro de la Iglesia y por quienes están llamados a servir con amor.
Niños y mayores formaron un solo corazón, rezando con devoción, ternura y esperanza. Se podía ver en los ojos de nuestros residentes la emoción de compartir su fe con las nuevas generaciones, mientras que los pequeños, con su alegría y sencillez, llenaban de luz cada oración.
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